INCERTIDUMBRE
Son tantos los aprendizajes ante este evento del coronavirus y de esta cuarentena y tantos los textos interesantes hablando sobre la mejor utilización del tiempo, sobre la unión, el amor y la empatía, sobre relaciones, sobre la importancia de un abrazo, estuve por algunos día pensando si podría escribir algo y de qué forma hacerlo.
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Durante la semana, al atender mis pacientes (online! 🙂), fui observando que a pesar de que cada uno está teniendo su desafío personal en este momento, casí todos tenían en común una misma dificultad e imagino que escribir sobre esa dificultad pueda ayudar a otras personas.
Lidiar con la incertidumbre. Incertidumbre que termina por generar ansiedad y miedo.
Todos tenemos ahora el grande desafío de estar calmados a pesar de tanta incertidumbre, es posible estar así.
¿Cómo? Qué herramienta utilizamos para salir de esta ansiedad y de este miedo?
Es simple. Cuando digo simple, no digo que sea fácil, pero es simple. Saca tu mente del futuro. Para de intentar prever lo que sucederá, pues es eso lo que genera ansiedad y miedo.
Coloca tu foco en el presente (y eso es un ejercicio mental diario) y trabaja con las situaciones que el presente te traiga, con problemas y cuestiones que tú necesitas lidiar AHORA. No hay otra forma. Pues es en el ahora donde está tu poder de acción. No tenemos el poder de actuar en el futuro, y si lo intentamos tendremos la sensación de falta de poder y de miedo.
Percibe que siempre que logres mantener tu atención en el presente, tu emoción se estabilizará.
No controlamos los eventos externos, y siempre fue así, pero ahora eso grita por todo el mundo. Por ende, podemos controlar nuestra mente si empezamos a ejercitarla.
Empieza a asumir el control de tu mente. Trae tu foco de atención hacia el presente y en aquello que puedes realizar ahora en tu nueva rutina y encontrarás tu fuerza, tu base y tu equilibrio.
.Con cariño y abrazos virtuales,
Priscilla Meletti – Psicoterapeuta Ráshuah
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Crisis, complicado, difícil, falta, impotencia, imposibilidad, miedo, víctimas!
Cuántas veces tú has utilizado, últimamente, una o más de esas palabras, sean ellas mentales o expresadas de forma audible?
Sin entrar en la discusión con respecto de lo cuanto esas imágenes nos vienen siendo inculcadas por la repetición, queda clarísimo que estamos en un momento de cambios. Como tu transitas por ese momento?
Los más negativos, por cierto, se sentirán víctimas de las situaciones externas e imposibilitados de reaccionar. Acusarán de tontos, ingenuos o crédulos a aquellos con perspectivas más positivas y verán sus anhelos como utopías.
Serán esas personas más positivas, seres fuera de la realidad?
Ciertamente son personas que no consideran una única realidad negativa, limitadora o derrotista, pues son los que, además de percibir claramente el lado bueno y malo de una situación, se vuelven hacia las posibilidades, hacia el poder y las alternativas que pueden tener. Son los que pueden revertir un suceso negativo en positivo. Pero revertir no significa necesariamente cambiarlo en su forma, y sí, cambiar la forma de verlo.
Si observamos el momento actual como algo que está exponiendo todas las cosas feas del ser humano, todo lo que siempre anduvo escondido, podemos percibir que es un momento de revelaciones. Un momento de verdades expuestas. Y eso es bastante positivo para nuestro crecimiento como civilización y como seres humanos, pues es un momento dónde percibimos que necesitamos cambiar de cualquier forma!
Las máscaras caen, las debilidades y fragilidades son expuestas y se vuelve cada vez más difícil escondernos. Hasta las medias verdades, con respecto a quienes somos, lo que sentimos, pensamos y tan fuertes o débiles somos para lidiar con cada situación, son expuestas e invitadas a ser revistas.
Nuestras relaciones son puestas a prueba! Nuestra capacidad profesional también. Nuestras antes, escondidas frustraciones gritan en nuestro interior para salir y ser sanadas. Nuestra inercia arroga resultados de pérdidas.
Parece que nuestro tiempo está acelerado y que todas nuestras actitudes y pensamientos cosechan consecuencias inmediatas. Y eso no es una cuestión de creencia. Es observación.
La mirada pesimista verá solamente un momento de vertiginosa caída al fondo del pozo. Para los que tienen una mirada pesimista les gustaría creer que no existe salida, que el desagüe, los pujará más para bajo, no hay salida. Cuando en verdad, en el fondo hay un potente resorte que los impulsará hacia la única dirección posible: arriba.
Todo el sufrimiento en un momento de crisis estará en resistir al impulso de una actitud, desapego o cambio interior necesarios. Cambiar da trabajo. La mirada negativa no es real, pues excluye la percepción del poder personal, de cambio y desafíos positivos, y de la acción posible.
La mirada utópica no es real, pues excluye la posibilidad de acción, por cuenta de una supuesta realidad externa más poderosa y opuesta.
Solamente la mirada positiva puede lidiar con la realidad, pues asume la responsabilidad y el poder, acepta todo desafío de cambio, de desapego, observa el flujo de los eventos y trabaja con ellos. Tiene una visión mayor del momento, pues ve todos los lados de una situación, pero no se rinde a la limitación de ninguno.
Cuál será tu elección de mirada y cuáles serán tus actitudes?
Con cariño
El curso tiene por objetivo crear conciencia de nuestros estados físicos, mentales y emocionales, a través de distintas respiraciones. De esta forma, podemos manejar mejor nuestra ansiedad, desarrollar nuestro foco de atención, manejar nuestras emociones y nuestra creatividad entre otras capacidades.
Respirar adecuadamente nos permite oxigenar el cerebro y todo el sistema físico-energético. Sin oxígeno, los pensamientos pesimistas y sin objetivos, tienden a prevalecer en nuestra mente, desarrollamos estados de ansiedad, depresión y pánico, perdimos el foco y nos desestabilizamos emocionalmente.
La respiración es una poderosa herramienta que cuando se vuelve consciente cambia nuestra forma de percibir las cosas y disminuye el estrés.
En el curso, vas a aprender cuatro formas distintas de respiraciones utilizando los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. Cada uno de esos elementos desarrolla un tipo de respuesta en nuestro cuerpo. De esa forma, respirando de manera consciente, podemos controlar nuestras reacciones, calmar nuestras emociones y disminuir nuestra frecuencia cerebral.
Junto con la respiraciones, se dictarán visualizaciones para la mejor percepción de cada energía.
Cuando uno se conecta más profundamente con dichas energías se vuelve más consciente de su poder de cambio y autocontrol.
El Curso se dictará en un espacio ubicado en la Iglesia Evangélica Bautista La Lucila que está sobre Rawson 3468.
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Libre de virus. www.avg.com |
Costo total: $ 1.500
Se puede abonar por clase
Para reservar tu cupo, por favor llenar el formulario abajo:
Fuera! pasado
Usted ya notó como algunas experiencias del pasado, sean positivas o negativas, parecen estar tan presentes en nuestra vida al punto de invalidar u oscurecer los momentos presentes?
Una experiencia que fracasó en el pasado, puede causarnos tanto miedo de que vuelva a repetirse, al punto de paralizar nuestra acción o hacernos huir de otras nuevas experiencias en el presente.
Así como también una experiencia que fue maravillosa, puede hacer que la comparemos con todo lo que aparezca en frente nuestro, opacando también el brillo de las nuevas posibilidades y conquistas en el presente.
Memorias! Como son de traicioneras! Hay un dicho popular que dice: “Quien cuenta un cuento, agrega algo suyo.”
Pura verdad. Y los mecanismos de nuestra memoria son exactamente así. Cada vez que traemos una experiencia del pasado a la mente, agregamos o sacamos algunas cosas, conforme esté nuestro humor en ese momento. Algunas veces lo que sucedió anteriormente fue muy grave, pero en otros, no tanto. Observe y constatará cuantas trampas terribles la memoria nos puede crear.
El pasado, como el futuro, no existen ahora. No están sucediendo ahora, no en este momento.
El pasado está hecho de memorias, y las memorias son solo pensamientos, no están sucediendo en el momento presente. El futuro está hecho de anhelos y sueños, pero los sueños también son pensamientos, no están sucediendo en el momento presente.
El pasado y el futuro no existen concretamente, pues son solo pensamientos, ahora.
Por lo tanto, luchamos y estamos siempre dando vueltas con pensamientos y no con situaciones reales.
En verdad, solo existimos, de hecho, en el presente, que es el único lugar mental y físico donde las acciones se concretan, donde los sentimientos nos tocan, donde la belleza real está a nuestra disposición. El presente, definitivamente, es el único lugar donde tenemos poder, vivimos y existimos de facto.
La memoria puede engañarnos y perjudicarnos demasiado, en el caso que invalide o impida la percepción de una experiencia actual, tanto que podemos, inclusive, estar escondiéndonos en una experiencia del pasado, por miedo de vivir en el presente. Miedo de no conseguir controlarlo. Porque el pasado, bueno o malo, puede parecernos de alguna forma controlable, está ahí, es algo ya conocido y por lo tanto, más seguro que ese “tal” presente, que puede sorprendernos y hacernos perder el control.
Sucede que si ese pasado no existiera, en verdad, tampoco existiría el supuesto control y seguridad que pensamos tener, no es así?
Trampas, trampas!
Pero por qué no conseguimos liberarnos tan fácilmente de los sentimientos del pasado?
Tal vez la respuesta para eso es que la insistencia que tiene el sentimiento del pasado en volver, sea por causa de nuestro propio sistema de auto-sanación. Lo que sucede es que el pensamiento que generó el sentimiento del pasado no fue todavía comprendido correctamente, y vuelve para ser sanado y mejor comprendido. El sentimiento no vuelve solo para ser revivido, sentido o para traer sufrimiento o melancolías. Vuelve para ser entendido y transformado definitivamente.
El pasado vuelve para liberarnos, no para atormentarnos.
Siempre podemos sacar una buena enseñanza de las situaciones, por más negativas que puedan ser. Y siempre podemos tener experiencias placenteras ahora, por más que las del pasado hayan sido especiales.
En ese sentido es que los vínculos con lo pasado necesitan ser deshechos, necesitamos estar libres para observar y aprender del presente.
Vivir el presente significa estar totalmente conscientes de que cada acción tendrá consecuencias en el futuro y que cada situación actual tuvo nuestra participación anterior. Y que todo lo que podemos vivir en el presente puede ser maravilloso e intenso, si nos mantenemos aquí y ahora. Atentos y agradecidos en nuestra vida presente.
Pues es eso lo que es la vida: Un maravilloso presente que recibimos todos los momentos.
Qué tal vivir “presenteado” todo el tiempo? ¡Me encanta!
Si la vida te da limones, haz una limonada
Está bueno utilizar los limones para transformarlos en algo que puedas utilizar. Es así que debemos actuar frente a los obstáculos, percibiendo una oportunidad y un aprendizaje.
Pero, hablando de lo que la vida te está dando, te da solo limones? Creo que ya estarás harto de tantos licuados, no?
No te parece que sería mejor tratar de entender porque la vida solo te entrega limones? No te parece que estaría mejor tomar frutos más dulces y menos corrosivos?
Si la vida te regala limones es porque andas plantando limones en lugar de sandias, manzanas y peras.
Quieres aprender a tener una huerta más variada?
Te invito a una clase experimental de Meditación Ráshuah para entender como la energía de tus pensamientos y sentimientos contribuye para que plantes limones en tu vida y como tú puedes aprender a sembrar otras frutas.
Maestra y Psicoterapeuta Ráshuah
Es normal sentirnos tensos cuando percibimos que (en apariencia) no podemos tener ningún poder para controlar situaciones externas, todavía más, cuando esas situaciones involucran la salud, sea la nuestra o la de alguien próximo.
El ser humano tiene el hábito de ser controlador o al menos intentar controlar todo a su alrededor. La falta de salud tiende a ser una de esas situaciones que nos muestra claramente que no tenemos el poder de control que nos gustaría. Y esta constatación puede dejarnos sin consuelo, por la impotencia.
Pero es en estos momentos cuando podemos percibir que nuestro poder estará, exactamente, en entender que debemos parar con el intento de controlarlo todo.
Puede parecer extraño lo que acabo de decir, porque parece que deberíamos parar de intentar mejorar nuestra salud, que deberíamos desistir de luchar. ¡Pero no es eso! Lo que estaríamos haciendo, es desistir de usar las armas erradas para enfrentar el problema para usar las armas correctas.
Observa que siempre que intentas controlar algo que sigue una dirección indeseable nos chocamos contra la vida.
Al intentar luchar a los golpes, estaremos parados mentalmente como si tuviéramos un muro delante de nosotros al que necesitamos derrumbar. El simple pensamiento de tener que golpear, de pelear o defendernos de una dolencia, por ejemplo, exige que haya un pensamiento contrario de que el oponente es muy fuerte y que su ataque es poderosísimo. Al pensar en la lucha, aumentamos el poder del adversario, atribuyéndole una fuerza enorme.
Tal vez, en vez de usar una bazuca para destruir el muro imaginario, podríamos cambiar el arma y usar el arma de la “verdadera percepción”. Si eligiéramos la herramienta de poder mirar de manera más amplia, veríamos que no existe tal muro que derribar. Si podemos cambiar nuestro foco de atención, nuestro mirar amoroso podrá decirnos que existe siempre algo para aprender en cada momento y que la dolencia también debe ser usada como aprendizaje. Podemos, a través de ella, descubrir algo sobre nosotros mismos que sin ella no hubiéramos visto.
Todos conocemos historias de personas que pasaron por momentos difíciles de falta de salud y que salieron transformadas positivamente. Algunos percibieron en sí mismos o en las personas a su alrededor, fuerzas, amor o poderes inimaginables anteriormente y otras empezaron a mirar la vida de una manera diferente, más positiva.
No quiero decir con esto que debemos conformarnos con la falta de salud y decretar un estado de entrega, al contrario, pues eso sería convencernos de que el enemigo es más fuerte y que nos ha vencido. Lo que quiero decir es que podemos vencerlo más fácilmente si no le damos a él más poder del que tiene y si usamos su presencia para conocer un poco más acerca de nosotros y sobre la vida.
Si la dolencia es falta de energía y de vida, podemos oponernos a ella buscando más energía y más vida.
Existe siempre la posibilidad de elegir y la responsabilidad en cada momento que vivimos. Todo puede enseñarnos algo, al entender el mensaje de las situaciones que vivimos podemos evolucionar. Existe un motivo para vivenciar la falta de salud. Ese motivo, sea cual fuera, siempre trae consigo un aprendizaje, una nueva postura frente a la vida.
Al adolecer por cuenta de un comportamiento negativo, sea por estar descuidando nuestro cuerpo, estresando nuestra mente o adoptando un comportamiento peligroso para nuestra integridad física, podemos tomar los medicamentos recetados por nuestro médico, hacer los tratamientos e incluso hasta curarnos. Pero, en caso que no haya ninguna transformación positiva en nuestro comportamiento, en caso que no haya ningún aprendizaje con la dolencia, probablemente vamos a repetirla o hasta agravarla, irremediablemente.
Las dolencias que normalmente son agravadas, algunas veces provocadas por el estrés emocional, son causadas por la exposición a la vibración de pensamientos negativos por un largo periodo, como puede ser por ejemplo, la ansiedad.
Todo se inicia con un pensamiento. Y nuestro cuerpo puede ser condicionado a reaccionar a este pensamiento. Pensamientos positivos, condicionamiento físico positivo. Pensamientos negativos, condicionamiento físico negativo.
En nuestro curso de Meditación Ráshuah hablamos largamente sobre este tema. Y dividimos el cuerpo en cuadrantes (los cuadrantes Ráshuah) para entender mejor la relación que existe entre nuestro cuerpo y cada pensamiento y sentimiento.
El cuerpo nos avisa a través de diversas señales como estamos comportándonos emocionalmente. Vamos a aprender a usar mejor nuestra mente y nuestros pensamientos. ¡La salud agradecida!
Bendita sea tu vida y tu cuerpo.
Con mucho cariño,
Vera Calvet
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