Saltar al contenido

Qué es ser un ser espiritual?

¿Qué es ser una persona espiritual, en tu opinión?

¿Sería alguien que cree que somos más que un cuerpo regido por el cerebro?

¿O quién cree en la supervivencia del alma después de la muerte?

¿Quién busca mejorar sus propios aspectos negativos?

¿Quién sigue una religión o cree en lo divino?

¿O aún, quién tenga una postura fraternal con todo y con todos?

Independiente de las respuestas que puedan surgir, todas tendrán como base lo mismo: ¡el amor!

Pues es el amor quien hace que se mire al mundo, a uno mismo y a los demás de forma comprensiva, tolerante, con respeto y empatía.

¡Pero es la sabiduría actuando junto con el amor que nos dará la medida justa de las actitudes amorosas!

Amor y sabiduría necesitan estar juntos para que nuestras actitudes no perjudiquen a nuestros semejantes.

Y desafortunadamente, sin sabiduría, somos capaces de errar y perjudicar más que ayudar, aunque estemos amando.

Una persona que ama todo y a todos de la misma forma, o al menos nada ni nadie está fuera de su amor, aunque pueda tener simpatías especiales, es un ser que está abierto a la espiritualidad.

la conciencia espiritual, el despertar, puede ser traducido como el momento en que la persona empieza a tener el impulso natural de hacer el bien y esparcir su amor a los que aún no consiguen amar lo suficiente para ser felices. ¡Ese es el despertar al que llamamos “tu misión de vida”!

¡Ese despertar es el llamado de tu alma para que busques tu camino de realización!

Decimos que son alma misioneras, aquellas personas que se vuelven focos de luz y amor para los seres humanos y el planeta, aunque nadie pueda percibir que esa persona es misionera.

Pero un verdadero misionero, en el momento que su alma lo llama, siente que su conocimiento, personalidad y vida no está listos todavía. Entonces, él va en búsqueda del segundo elemento que se unirá a su amor. La sabiduría.

Un verdadero misionero necesita antes que todo, trabajar su energía y su amor, su personalidad y su vida, sus razonamientos, sentimientos y pensamientos para que sea siempre un canal de expresión de luz, un ejemplo y apoyo a los demás, los cuales aún sienten mayor dificultad de realizar esos aspectos en sí mismos. ¡Ese es un trabajo constante!

Pero los que piensan que “su misión” es algo grandioso desde el punto de vista del ego, para ser reconocidos y aclamados, se pueden decepcionar.

!La mayor misión de todos nosotros es vivir el día a día de forma amorosa y sabia!

Un misionero hace cosas simples y cotidianas, como buscar tener siempre pensamientos amorosos, tratar con cariño y respeto a todos, estar siempre dispuesto a oír, a tener empatía y placer al ayudar, a sentir amor, respeto y gratitud por todos y todo.

¡Las “misiones de vida” no son necesariamente grandes como la de Ghandi o de Teresa de Calcuta!

¡Pero las misiones individuales son de vital importancia para que la luz pueda envolver a nuestro planeta que pasa por un momento tan difícil!

¡Imagina lo importante que es la existencia de los miles de misioneros de luz viviendo sus vidas cotidianas con amor y respeto hacia el planeta y a todos! ¡Y que juntos abran un inmenso camino de luz, amor, respeto y buena voluntad a través de sus vibraciones! ¡Aumentando la vibración del planeta mismo!

¡Imagina como será el planeta cuando la mayoría tenga esa conciencia y propaguen ese efecto amoroso a cada persona que puedan llegar!

Imagina cuando la mayoría de nosotros tengan tanto amor y respeto por el planeta, que se podrá revertir cualquier efecto negativo que nuestra propia ignorancia y egoísmo pudiesen haber provocado.

No pienses jamás que estás solo y que no ayuda hacer un esfuerzo para reciclar tu basura, tratar a los demás con respeto, cerrar la llave cuando lavas tus dientes, recoger un papel en la calle dentro de otras cositas simples y al alcance de cada uno de nosotros. 

¡No pienses que no puedes hacer la diferencia al plantar un arbusto porque no puedes impedir tú solo la deforestación del Amazonas!

No pienses que no hay diferencia cuando tratas a los demás con respeto y cariño, solo por el hecho de no poder parar las guerras en el mundo.

No pienses que no hay diferencia cuando te unes a una caminata a favor de la paz en tu barrio, a una petición para ayudar o para solicitar el arreglo de tu calle, solo porque la ciudad está tan abandonada, es violenta e inmensa.

¡No pienses que tener actitudes y pensamientos honestos y honrados son inútiles ante tanta corrupción!

Si piensas que estás solo, nunca lograrás percibir a todos los que empezaron como tú, y que decidieron hacer su parte, solo para que pudiesen dormir en paz, al menos sintiéndose bien con sus propias conciencias. 

Un grupo fuerte, una mayoría, sea lo que sea, está compuesta de innumerables individuos que se juntan por el mismo ideal. Aunque nunca se conozcan personalmente.

¡Eso es despertar y ser espiritual! Amar, respetar, ser grato y hacer tu parte. 

¡Bienvenido al despertar de la vida eterna espiritual!

¡Nuestro planeta necesita realmente de muchas personas, que, como tú, realizan grandes y pequeñas cosas cotidianas que despiertan y ayudan a los demás a pasar por ese momento crítico!

¡Amor, respeto, gratitud y pequeñas grandes actitudes cotidianas!

Con cariño,

Vera Calvet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.