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¿Qué dirán?

¿Qué dirán?

Escucho eso casi todos los días, de una forma u otra. Mis alumnos llegan con sus sueños, ilusiones y anhelos, pero no se arriesgan a vivirlos por miedo de lo que dirán las personas.

.Tienen miedo al rechazo, al reproche, a quedarse solos, incomprendidos, etc. Y basado en eso siguen direccionando sus vidas conforme a la creencia de los demás.

.No importa lo que hagas, cuando lo hagas y de que forma lo hagas, si mal, si bien, si perfecto, si excelente. Igual te criticarán por que es eso lo que hacen las personas que no viven según su orientación interna. Están mirando al externo en lugar de mirar a sí mismos.

.Cuando quiero explicar sobre el concepto “Que dirán”  utilizo el futbol como una analogía. Hay un técnico profesional contratado exclusivamente para trabajar y llevar el equipo de un país a ser exitoso en un Mundial, por ejemplo.

.Pero cuando el equipo entra en la cancha hay unos tantos miles de técnicos que saben mucho más que el técnico profesional que estuvo entrenando los jugadores por meses.

.Esos técnicos de fin de semana saben mejor que él lo que él profesional debería hacer, lo juzgan, lo critican, dicen que no está bueno lo que hace, pero de hecho no está en su lugar, por lo tanto, nada pueden hacer.

.Así somos nosotros, direccionando nuestra vida según los técnicos de fin de semana. No importa lo que dirán, si criticarán a nosotros, rechazarán, etc.

.¿La pregunta de un millón no es qué dirán, es que digo yo? Qué pienso yo con respecto a lo que quiero decir, pensar o hacer. Si aquello que quiero hacer, pensar o decir no le falta al respeto a nadie, lo que realmente me importa es lo que pienso yo, porque a fin de cuentas soy yo que voy a lidiar con las consecuencias de mis elecciones.

.Soy yo que necesito experimentar que pasará con mis elecciones. Soy yo que necesito escuchar a mi mismo.

.Entonces en lugar de mirar a los dedos que nos apuntan condenando nuestras actitudes, pensamientos, sentimientos o palabras, debemos apuntar nuestro propio dedo a nuestro corazón y preguntarnos

¿qué digo yo?

¿Qué pienso yo?

¿Qué quiero yo?

Y actuar en base a mis propias elecciones, según mi verdad interior, porque no les puedo cambiar la forma a los técnicos de fin de semana, pero puedo jugar mi mejor partido, según mi forma y mi capacidad y así vivir bien, corriendo el riesgo de aventurarme a ser feliz.

Heloisa Aragao

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