Saltar al contenido

PRIMERO YO, DESPUÉS YO Y POR ÚLTIMO YO TAMBIÉN!

Esa triste frase es, podemos decir, la filosofía de vida de la madre de una amiga mía de mi juventud. Ella repetía esa frase con orgullo, a quienes quisieran o no, oírla.

La hija moría de vergüenza y se disculpaba con nosotros diciendo, entre muy constreñida e irritada: ¨Lo siento! Esa, infelizmente, es la señora reina de mi familia. Y entonces, la situación empeoraba, pues la señora reina reaccionaba y las dos se enredaban en una incómoda discusión.

No voy a hablar sobre la consecuencia negativa que esas actitudes de la madre produjeron emocionalmente en mi amiga durante su vida. Créeme, fue muy negativa para su autoimagen, poder personal, sentimiento de soledad y rechazo, falta de confianza en las personas, entre otras cosas.

Pero te invito a pensar al respecto de cuanto podemos ser egocéntricos y egoístas, de vez en cuando o siempre. ¡Eso es importante!

Claro que extremistas, como la madre de mi amiga, no consiguieron  ni siquiera,  pensar sobre eso, una vez que sus egos son mantenidos orgullosamente como una actitud, supuestamente,  positiva! Pero nosotros,  que nos vemos como buenas personas, que sabemos dividir, compartir, ayudar a otros, podemos y debemos detenernos de vez en cuando y pensar al respecto.

¿Hasta qué punto nuestro ego interfiere negativamente en nuestras relaciones, en nuestra vida? 

Somos aquel tipo de personas que comparten cuando les conviene y cuando no,¿ “es cada uno por sí mismo? ¿Sabemos pedir disculpas, reconocer un error?

Escuchamos opiniones contrarias intentando entender, de verdad al otro o al mismo tiempo que estamos escuchando, estamos también pensando en cómo convencerlo de lo contrario?¿Competimos por tener razón o atención?

Por qué hacemos eso? Nuestro ego necesita tanto de este alimento?

Alimentar al ego, ese voraz, nos transforma en su esclavo!

Entonces, qué es ese tal ego?

El término viene del Psicoanálisis. Surgió para explicar cómo es el funcionamiento de la mente impulsiva, inconsciente. Y siendo así, tiene reacciones automáticas conforme al tipo de información que juntamos a lo largo de nuestras vidas.

El ego es también usado para definir nuestra personalidad, nuestro carácter, como pensamos y actuamos. Es, por así decirlo, la traducción de las características psíquicas de cada persona.

Entonces, el ego es parte de nosotros! Claro! Pero, adorarlo, idolatrarlo, darle demasiada importancia, lo convierte casi, en  una entidad independiente! Nos hace egoístas! Adoradores, idólatras del ego!

Liberarnos de ese devorador de atención, el ego, significa asumir, de verdad, el control y la libertad! Tener buena autoestima y poder personal es deseable y positivo! Pero adorar una “entidad” exigente y ciega, NO!

Tenemos que desear ser libres, tanto en el mundo, como en nuestro universo interior!

Yo pienso que merecemos esa libertad!

Tú que piensas? 

¡Libérate!

Vera Calvet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.