Muchas personas llegan al Instituto Ráshuah, quejándose de que son desatentas, que no consiguen mantener la concentración por mucho tiempo, que se dispersan muy fácilmente.
En el curso de meditación Ráshuah Módulo I, tanto en el libro, como en el curso presencial, esa cuestión es tratada a través de la Cuarta técnica de Meditación Ráshuah, donde el alumno aprende a focalizar su atención a través de la comprensión de lo que causa su dispersión, y entrena esa focalización a través de la cuarta técnica.
La falta de concentración se debe a diversos factores. Desde los físicos, los neurológicos, los psicológicos, el interés real en el asunto, etc., hasta el hábito de dejar la mente suelta y sin objetivo.
El hábito de pensar, sin un foco de atención constante, le puede ocurrir a cualquier persona que no sepa cómo mantener su atención en el foco correcto. Y la elección de lo que sea el foco correcto es lo que causa la mayoría de los hábitos nocivos en la línea de razonamiento, porque no es tan fácil identificar el foco correcto cuando estamos, por ejemplo, delante de un problema que debe ser resuelto y no tenemos el conocimiento de cómo se comporta nuestra mente. La tendencia al estar delante de un problema, en este caso, puede ser la de hacer foco en el problema y no en la solución. Y esto causa estrés y la no conclusión del pensamiento, que queda rodando en la mente. Por ejemplo:
Digamos que tú recibes la cuenta mensual de la luz y por estar desempleado, no tienes en el momento el dinero suficiente para saldarla. Cuando tú haces foco en el problema y no en la solución, viene el miedo y la impotencia, porque tu tendencia será pensar: » Tengo que pagar la cuenta de la luz (problema). Van a cortar la luz (problema) y si cortan la luz, ni bañarnos podremos (problema), yo estoy desempleado (problema) y no tengo como pagar la cuenta (problema), pero no puedo hacer nada, si nadie me da empleo (problema), pero yo tengo que pagar la cuenta (problema).» Y esta línea de pensamiento sigue por ahí, haciendo foco en el problema, que crea como consecuencia otros problemas ligados y tiende a volver al problema inicial, estableciendo a partir de ahí, un círculo vicioso. Por culpa de este razonamiento con el foco de atención errado, la consecuencia será miedo, impotencia y tensión.
Ahora vamos a ver la secuencia de pensamientos que sigue al foco correcto, que es el foco de atención siendo colocado en la solución: Tengo una cuenta a pagar (este es el problema). Cómo puedo resolver esto? (Esta es la pregunta que va a direccionar tu mente para el foco correcto). Me puedo ofrecer para hacer y vender los dulces para la fiesta de la hija de mi vecina (esta es una solución posible) o puedo ofrecerme para coser y arreglar ropa de los vecinos (otra posible solución) o pintar y bordar servilletas para vender (otra posible solución) o puedo…. y por ahí, va el pensamiento de las posibles soluciones, en lo que tú puedes, hasta que encuentres una que te guste y que resuelva tu cuestión. Mira que el pensamiento en el problema, ¨pagar la cuenta¨ solo entró en la secuencia arriba de los pensamientos una vez, sólo para iniciar el razonamiento y mantener la mente en el foco correcto, que es la solución, y no el problema.
Estás con problemas de concentración? Busca enfocar la atención en las posibilidades y no el problema! Esto ayuda mucho!
Con mucho cariño,
Vera Calvet