Ya intestaste explicarte a ti mismo o a otros que es amar? Definir el amor perfectamente en pocas palabras? Difícil, no?
El amor, aunque concordemos que es el sentimiento más noble e importante en nuestras vidas, parece complejo cuando intentamos elegir palabras para definirlo. Las palabras quedan cortas, redundantes, superficiales o vacías.
Cierta vez, durante una clase de meditación, una alumna dijo no comprender lo que yo quería decir con: “Abran al amor sin objeto!”
Entonces, les conté la siguiente historia para ejemplificar:
Érase una vez un hombre que quería aprender a amar incondicionalmente. Buscó un gran y prestigiado maestro y le pidió que le enseñara a amar todo y todos sin condiciones. El maestro entonces lo colocó delante de un bello rosal y le dijo: “Ama este rosal!”
El hombre creyó que sería fácil amar al rosal, pues era bello y sus flores eran perfumadas. Y en pocos segundos, él estaba envuelto en una onda de amor.
El maestro, entonces, lo sacó de allí y le pidió que se sentara delante de una rama seca y le dijo: “Ama esta rama!”
Esta vez, el hombre tuvo un poco más de dificultad, pero empezó a buscarle la belleza a la rama, su color, sus pequeños bichos, que le caminaban por arriba y pasado un tiempo, el hombre logró sentir una onda de amor, menor que el amor que sintió por el rosal, pero había amor.
Feliz fue hasta el maestro con la noticia, lo cual el maestro le contestó: “Ahora cierra los ojos y ama!”
El hombre confundido, preguntó: “Qué voy amar, maestro?”
“Solo siente el amor!” – respondió el maestro.
El hombre cerró sus ojos y empezó a buscar imágenes en su mente para amar. De repente, el maestro lo interrumpió: “Para! Que haces?”
“Estoy buscando cosas para amar, maestro” – contestó el hombre.
El maestro, entonces, se sentó junto al hombre y le dijo:
“Mientras busques objetos o personas que te despierten amor, no estarás amando de verdad. El verdadero amor es generado dentro de ti, desde ti mismo y entonces es proyectado hacia afuera. Y siendo así, no importa el objeto o persona que esté delante de ti o en tu mente, pues podrás proyectar tu amor a todo y a todos.
Y el hombre entendió, por fin, lo que era amar incondicionalmente, sin objetos.
No hay nada afuera que merezca o no nuestro amor. Solo existe ¨nuestro amor¨ que es siempre proyectado. Mientras ese estado amoroso no sea encontrado, las personas van siempre a buscar afuera algo que les de alegría o satisfacción y continuarán buscando otras personas “que les hagan” felices. Pero el amor estará solamente en un único lugar posible: en si mismas.
Ábrete al amor sin objetos. Esa será tu verdadera capacidad de amar.
Ama!
Vera Calvet