Qué está sucediendo con las personas?
Hemos hecho y escuchado esa pregunta.
Nunca fuimos tantos habitantes en este planeta y tan distantes unos de otros.
El abismo social entre nosotros es un fenómeno mundial y parece ser el reflejo de las distintas situaciones económicas y la falta de voluntad para resolverlo.
Tal vez, sus causas remonten a la raiz de visión que tenemos unos de otros. Nos vemos como personas separadas, no solo físicamente por el espacio, sino totalmente distantes mental, emocional y espiritualmente.
Las prestadoras de servicio no respetan al consumidor.
Los gobiernos, a sus ciudadanos.
Los cuidadanos no se respetan unos a otros.
La justicia no respeta las leyes y la constitución.
Las religiones no se respetan unas a otras.
Los miembros de las familias no se respetan entre sí y por ahí seguimos sin respetar o sentirnos respetados.
Ya nadie se compromete con ninguna regla mínima de respeto y convivencia.
Cómo puede haber relaciones de esta manera?
Y así, las relaciones se siguen deshaciendo, rompiéndose y frustrándose.
Triste y desolador panorama, sin duda.
Tendrá solución?
Sí! Siempre hay soluciones cuando algo nos desafía a cambiar. Y si eso no es un inmenso desafío, a los cambios, no sabría ver otro más grande.
Estamos transformándonos en una población frustrada, triste, sin esperanzas, bélica, rabiosa y todos los adjetivos negativos que hay en el diccionario.
Dónde fue que nos perdimos?
Creo que la pregunta correcta sería: Cuándo fué que nos encontramos?
Y la respuesta sería: Nunca.
Exactamente por no habernos encontrado todavía como individuos, como personas que se conocen a sí mismas, que se aman a sí mismas, personas que se respetan de verdad, no podríamos conocer y respetar a nadie más.
Y lo que antes eran personajes sociales interpretando roles de personas ¨educadas¨ también se deshicieron ante las frustraciones.
Entonces, por peor que parezca este triste panorama social nos trae un desafío inevitable: Conocerse y respetarse a sí mismo! Solo así su mundo externo reflejará el bien y la verdad.
En cuanto evitemos esa visión interior, nuestro mundo externo continuará reflejando nuestros conflictos internos.
Y que prefiere usted?
Conocerse, aceptarse, respetarse y amarse a sí mismo para ser reconocido, aceptado, amado y respetado o prefiere huir de ese desafío y continuar fingiendo un falso personaje y presenciar, con dolor, el fin de nuestra era?
Pues puede ser nuestro futuro. El fin de la era humana en la tierra. El fin del animal que no sabe convivir con su propia especie.
No sea sólo un gran potencial de amor y entendimiento.
Manifiestelos!
Vera Calvet
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