La vida es una sucesión de movimientos y así debemos celebrarlos. Sean ellos buenos o ruines están aquí de paso para mostrarnos el ritmo del universo. Sólo así conseguimos entender que todo marcha en ciclos y que comprendemos que las cosas vienen, se quedan por un tiempo y después se van.
Así como la energía, nada se pierde, nada nace, nada muere. Las cosas apenas dejan de ser lo que eran para transformarse en alguna otra cosa, para vivir en una nueva experiencia, para experimentar desde un nuevo ángulo, para percibir desde una nueva forma.
Venimos aquí para aprender a jugar, a probar cosas, para saber qué es lo que duele, lo que gusta, lo que es caliente, lo que es frio, lo que genera escalofríos o lo que nos reconforta, entre tantos otros descubrimientos y experiencias. Para saber lo que nos hace humedecer los ojos y el corazón latir más fuerte, para saber que existen buenos y malos olores y que lo más divertido es que casi nadie está de acuerdo en este sentido y muy pocos pelean a causa de esto.
Venimos aquí para reír, sonreír y abrazar muuuuuuuuucho. Venimos aquí para vestirnos o desnudarnos de la manera que más nos gusta. Estamos aquí para descomponer conceptos, para construir puentes al infinito, para volar más alto, para alcanzar lo imponderable, soñar, y vivir en mares de prácticas y hogares de amor. Para ver lo colorido de la naturaleza, para olerla, apreciarla, disfrutarla e interactuar con ella, no solo para colocarla en un portarretratos como si fuese algo distinto de nosotros.
Venimos aquí para entendernos que somos centellas divinas, y que nos sentimos como una sola estrella cuando nos unimos y brillamos por la felicidad de todos. Estamos aquí para observar el ritmo del universo y movernos a su compás. Para celebrar la vida, renacer todos los días y agradecer por la dádiva de esa experiencia. Para aprender unos con otros, y maravillarnos con las cosas que podemos hacer. Para entender que somos poderosos, ilimitados e infinitos.
Somos los detectives de nuestra propia existencia buscando descubrir un nuevo sueño que todavía no hemos realizado, haciendo pausas, parando para respirar, recibir, percibir, imaginar, observar, meditar, criar, intuir, poder, vencer nuestros fantasmas, fortalecernos y después expandirnos, extender esa energía que nos toca, cambiar, construir, propagar, difundir, vivenciar, ensayar, probar y ampliar nuestros horizontes.
Y después, nuevamente inspirarnos en ciclos de respiración, continua e infinita, que amplian nuestra energía, intercambiando información con todo y así recrear una y otra vez un mundo que nuestros co-creadores quisieron inventar para que algo se manifieste.
Creando más y más, siguiendo el ritmo del universo.
Se crea cada día. ¿Qué te inspiró y espiró de manera diferente el día de hoy?
Con cariño
Heloisa Aragão