Hoy recibí un mail de mi primo que me pareció muy oportuno, y recordé que al igual que con todo lo que ocurre en nuestras vidas, las casualidades no existen.
Yo había terminado un texto referido al estrés y finalicé la última frase con la palabra actitud. Cuando abrí el mail, había un texto con una corta e inspiradora historia, sobre positivismo y actitud.
No había información sobre el autor del texto, pero sin duda, ejemplificó la palabra actitud con maestría:
“Una mujer se levantó una mañana, se miró al espejo y percibió que tenía solamente tres hilos de pelo en la cabeza.
Bueno – dijo ella – Creo que voy hacer una trenza con mis pelos. Así lo hizo y tuvo un día magnífico.
Al día siguiente cuando se levantó, se miró al espejo y vio que solo tenía dos hilos de pelos en su cabeza.
Hum – pensó – creo que voy a peinarme raya al medio. Así lo hizo y tuvo un día magnifico.
Al día siguiente cuando se levantó, volvió a mirarse en el espejo y percibió que tenía, apenas, un hilo de pelo en la cabeza.
Bueno – reflexionó – hoy me voy atar el pelo con una cola de caballo. Así lo hizo, y tuvo un día divertido.
Al día siguiente cuando se levantó, y se miró al espejo percibió que no había ni siquiera un hilo de pelo en su cabeza.
Que belleza– exclamó ella– hoy no me tengo que peinar! Y así, ella tuvo otro día feliz”.
La actitud positiva es todo!
Es evidente que esta pequeña historia exagera la situación, pero ilustra perfectamente a una persona que toma actitudes positivas delante de lo inevitable.
El estrés es una consecuencia constante en la vida de quien intenta controlar inútilmente lo inevitable y por eso sufre la presión de la frustración y del estrés en su vida.
El estrés no es propiamente una dolencia, es un estado del organismo sometido constantemente al esfuerzo y a la tensión. En una situación estresante, el cuerpo sufre reacciones químicas normales, que preparan el organismo para enfrentar la situación.
El deterioro sucede cuando las situaciones estresantes son continuas y el organismo comienza a sufrir con constantes reacciones químicas que se suceden una detrás de la otra, sin que haya tiempo para eliminar esas sustancias y sin el tiempo necesario de descanso y recuperación física y emocional después de cada situación.
Por esa razón de no ser propiamente una dolencia, los síntomas del estrés son indefinidos y al mismo tiempo abarcadores. Pueden ir desde un dolor de cabeza, disturbios en el sueño, irritabilidad, cansancio, dificultad para concentrarse o tensión muscular, hasta dificultades respiratorias, problemas de memoria, problemas digestivos, presión alta, problemas cardíacos, e incluso disturbios psíquicos como síndromes de depresión o pánico.
Entre las innumerables causas del estrés en el ambiente de trabajo y en la vida personal, podemos citar, básicamente, tres principales:
Un alto patrón de exigencia personal, miedo y frustración.
El tipo de vida que nos auto-imponemos, donde pensamos que es necesario obtener muchos más recursos financieros de lo que realmente necesitamos, nos exige un mayor esfuerzo para poder cumplir con ese patrón establecido y nos coloca delante de conflictos en la vida profesional, en donde hay cada vez más competencia y menos espacio.
Ese patrón profesional es establecido, también, para diversos aspectos de nuestras vidas, pues existen patrones estéticos donde la belleza física es un patrón ideal, que sólo existe en las revistas y las pasarelas. Existe también un sin número de patrones de comportamiento y sentimiento, en donde son establecidos patrones para el desempeño ideal de los padres con los hijos, de hijos con los padres, patrones para las amistades, para relaciones amorosas, en fin, tenemos patrones y cajitas cerradas en todos los sectores de nuestras vidas, donde debemos encajarnos de una u otra forma.
Cómo, entonces, ¿no auto-exigirse tanto, ni tener miedo o sentirse frustrado frente a esta situación?
Intenta al menos pensar y sentir si realmente concuerdas y aceptas entrar y vivir dentro de estas cajitas apretadas…
Busca investigar la verdad de tus sentimientos y deseos…
¿Es realmente imposible vivir sin auto? ¿Trabajas en lo que realmente te gusta y para lo que tienes talento?
¿No piensas que puedes ser amado por lo que eres en vez de ser amado por tu apariencia?
¿Quién eres?
¿No es verdad que dejaste que los patrones transformen tu vida?
No suma reclamar ante tu jefe, ni ante la empresa, ni a tu esposa, hijos, o marido. Ellos no consiguen verte, si en verdad, ni tú mismo te conoces lo suficiente para mostrarles quien eres.
Pará!
Date un tiempo para descubrir y percibir la persona maravillosa que eres.
Autoconocimiento: no hay como vivir feliz y realizado sin él, porque no hay manera de vivir sin conocer a quien realmente está viviendo la vida que uno dice que es propia.
¿Quién vive tu vida? ¿Tu o un patrón, un personaje?
Estamos todos delante del enigma de la gran esfinge que dice ¡Descíframe o te devoraré
Y la esfinge somos nosotros – La Esfinge eres tú.
Descífrate a ti mismo, o podrás ser devorado por el personaje que creaste, sin percibirlo. ¿No crees merecerlo? Debes saber que solo existe una cura para el estrés: Actitud
Que la medicina esté avanzada y preparada para luchar con los síntomas ligados al estrés, no contribuye a la sanación.
Debes tener una actitud positiva con relación a ti mismo. Aprende a relajarte para aprender a manejar el estrés, porque el mundo puede que no cambie, pero tu delante del mundo puedes cambiar y mucho.
Queda en paz, en el amor y la divina perfección que somos todos nosotros, almas divinas.
Con mucho cariño,
Vera Calvet
Este texto forma parte del libro Cuando Yo abra los ojos