ÉRASE UNA VEZ … UNA PERSONA imposibilitada…
Era una persona buena, honesta, trabajadora, pero todo lo que intentaba hacer parecía siempre chocar contra una entidad suprema que se llamaba ¨los otros¨ y a veces, la llamaba de «ellos».
Esta entidad lo perseguía día y noche!
Se levantaba por la mañana a trabajar, pero «ellos» siempre lo perjudicaban o lo impedían de alguna forma.
«Ellos» nunca lo ayudaban, por el contrario, solo ayudaban a los «otros» que eran parte del mismo equipo: El equipo de los que ¨tienen poder.»
Pues bien…. Esta persona imposibilitada intentaba progresar en su vida, pero como todo el mundo sabe, nada se puede hacer contra los tales «ellos».
Cierta mañana, oyó sin querer, dos de sus funcionarios conversando: «Ellos no quieren saber nada, sólo de ellos mismos! Solo quieren imposibilitarnos! Son todos iguales! «- decían los funcionarios molestos.
La persona imposibilitada quedó feliz de saber que «alguien» percibía también el poder de «ellos» y cuan malos eran ¨ellos¨ y que los dominaban a todos, les impedían de todo, imposibilitaban el crecimiento de «todo el mundo»!
Llegó sonriente cerca de los dos funcionarios, pero para su sorpresa fue recibido con la siguiente frase: «Basta! «Nosotros renunciamos, porque «ustedes» solo quieren imposibilitarnos y nos impiden crecer! »
Y luego, vio a los dos salir pisando fuerte, pensando que estarían llenos de razón y orgullosos por haber tomado una actitud contra «ellos».
Y la persona imposibilitada percibió atónita que siempre fue visto como formando parte del equipo de «ellos» a través del punto de vista de «algunos».
«Pero, cómo puede ser eso?» – Pensó – «Yo soy el que siempre fue imposibilitado por ¨ellos¨. Y si yo sé que no soy «ellos», quien son ellos entonces?
Y finalmente entendió que nunca hubo en verdad la tal entidad monstruosa llamada «ellos»! Entendió, finalmente, que «ellos» dependían del juicio limitado del punto de vista de quien los jugaba.
Esta persona limitada siempre fue su único enemigo, su único opresor, su propio verdugo.
Ellos no existen!
Nunca existirán, porque «ellos» son en verdad «nosotros» mismos!
Piensa en esto! Nadie te limita!
Queda en paz, en el amor y busca siempre el autoconocimiento!
Con cariño,
Vera Calvet