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Cede el paso

Cede el paso

Cede el paso a alguien en una fila que tal vez necesite más que tú en aquel momento. Cede el paso a alguien que camina más despacio, por más apurado que estés. Cede el paso hacia una nueva forma de pensar, un nuevo punto de vista, una forma distinta de hacer las cosas.

Cede el paso para escuchar una música diferente,  el canto de un pájaro, el sonido del viento, del mar o de las aguas de un río tocando las orillas. El aleteo de las alas de un colibrí, el canto de las cigarras anunciando un día de sol..

Cede el paso a una nueva fragancia, una que quizás no hayas percibido antes, pues estabas muy apurado para llegar a otro lado. Cede el paso al aroma de la tierra mojada, del pasto recién cortado, de la lluvia, del mar.

Cede el paso a la sensación de caminar descalzo sobre la tierra, sobre la arena, tocar un árbol o sentir el tacto de una hoja aterciopelada. Cede el paso a un abrazo cariñoso, a un fraterno apretón de manos, a un beso estrellado lleno de amor.

Cede el paso a un nuevo sabor, un nuevo plato, algo que no conoces aún. O a una nueva manera de hacer aquella vieja receta que tanto te gusta.

Cede el paso para ejercitar tus cinco sentidos, para experimentar la vida bajo un nuevo ángulo, para sentirte vivo y conectado con todo lo que existe. Cede el paso hacia un nuevo sendero, un nuevo formato, aprender algo distinto y divertido. Cede el paso para una nueva chance, otra oportunidad, un encuentro, deshacer creencias, borrar certezas, romper hábitos.

Cede el paso a nuevos aprendizajes, nuevas amistades, nuevas charlas, nuevos amores.

Cede el paso a más espacio en tu vida, para que hagas las cosas más despacio, para aprovechar los breves momentos de la vida.

Pon atención a los pequeños detalles, cada vez que cedas el paso, pues en ellos están contenidas las señales que la vida nos da.

Cede el paso al mundo, no te cierres. Expande tus horizontes, tu percepción y agradece por tener la oportunidad de poder ceder pequeños momentos para que algo nuevo y placentero haga parte de tu vida.

Se consciente de cuanta abundancia hay en el planeta, en todas sus formas. Abraza la vida con fuerza, reconociendo que cada día es distinto del anterior y agradece siempre y desde el corazón por la oportunidad que tienes de ser tú quien puede ceder el paso.

Heloisa Aragao

Maestra y Psicoterapeuta Ráshuah

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